¿Se acuerdan de esta escena de la película «Bohemian Rhapsody», en la que Freddy conoce a Jim Hutton? (perdón, no encontré una versión con subtítulos en español). Después del primer beso (y el último por un largo tiempo) tienen este diálogo genial:
-Me gustas.
-A mí también me gustas, Freddy. Búscame cuando decidas gustarte a ti mismo.
¡Wow! La tenías re clara, Jim. Javier Wolcoff develó una vez en una clase de Kabalah que el precepto bíblico «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» no es una orden, sino que es una advertencia: solo podremos amar al otro como nos amamos a nosotros mismos. Cada vez que me siento destratada por alguien yo recuerdo esto: esta persona me está tratando a mí como se trata a sí misma.
La mejor decisión que puedes tomar para garantizarte relaciones libres y creativas es amarte hoy, ahora, ya, con lo que hay, y cultivar el amor en ti, ese amor que no depende de una persona ni de una relación ni de las circunstancias.
Mi definición de amor es amplia y trasciende al amor romántico. Cuando hablo de relaciones incluyo todas: la pareja, los amigos, la familia, los vecinos, la comunidad en la que vivimos, la vida, y la relación más importante de toda: la que tenemos con nosotras mismas.
Para mí el amor es conexión con la vida y confianza en la vida, es un estado de conciencia que me impulsa a vivir desde la interdependencia (versus la co-dependencia) con lo demás. Ese amor me da la energía, las ganas, los cuidados y la inspiración con los que deseo comenzar mis días.
Desde ahí, compartirme con otros (o con los proyectos que me gusten), es más fácil, divertido y nace espontáneamente, como un manantial. El día que decidí que el amor en mí no iba a depender de las circunstancias ni de las otras personas mi vida cambió. Hoy sé que el amor es mío, es mi conquista, mi hábitat. Las experiencias que vivo lo amplifican (o no, y ahí hay que amarse aún más radicalmente).
Una cosa que me parece importante decir es que creo todos estamos en el camino de amarnos. Aunque parezca que no. Así que siempre hay que acercarse a una misma y a los otros con respeto, con humildad y con la certeza de que si atrajimos cualquier experiencia a nuestra vida es porque nos tenía que mostrar algo que estaba en nosotros (por eso es importante saber usar la ley de la atracción a nuestro favor). También creo que todas las relaciones son importantes en el camino de aprender a amarnos y a amar. Algunos nos muestran los que deseamos, otras lo que no.
¿Cómo empezar a profundizar tu relación contigo? De la misma manera que lo haces cuando te interesa o te gusta otra persona y quieres pasar más tiempo con ella y conocerla cada vez más. ¿Cuántas veces te quedaste embelesada, mirando a otros, tratando de entenderlos, de entender su comportamiento errático o confuso, y te quedaste ahí, dispuesta a amar y a darlo todo? Eso mismo estaría bueno que hicieras contigo.
¿Qué ves cuando te ves?
Para empezar, te voy a proponer que practiques todos los días el sencillo y valiente ejercicio de pararte frente al espejo y mirarte a los ojos. No hace falta que le dediques mucho tiempo aunque sí estaría bueno que lo hicieras todos los días.
¿Qué te dicen tus ojos cuando los mirás profundamente? Muchos de los momentos de mayor intimidad con otros ocurren cuando estamos en silencio mirándonos a los ojos. ¿Ya viste lo que pasó cuando estos extraños se miraron a los ojos por cuatro minutos para un experimento? (Yo no estoy llorando…).
Esto no es diferente para la relación que tienes o que quieres crear contigo. Quédate en silencio mientras te ves y escuchá qué te dices con tus pensamientos, cómo te lo dices y qué sientes al escucharte. Obsérvate con el amor con el que tal vez tantas veces miraste a otros. A veces esto no es fácil ni divertido y hasta puede ser caótico porque es abrir una caja de pandora. Pero quédate ahí, no te vayas, quédate cada día un poquito más, acércate a tu mundo con cuidado, gentil y amorosamente, como lo hicieron las personas de este vídeo.
Cuando te mires a los ojos y te escuches diciéndote algo que te resulte doloroso, no te escapes, permítete ser vulnerable contigo misma, crear y sostener un espacio donde ser tú y contarte tu verdad. No hace falta que nadie más sepa tus verdades, solo cuéntatelas a ti, es tu intimidad. Te aseguro que va a llegar un momento en el que vas a reírte de tus dramas (a veces hasta mientras lloras) y a invitar a tus monstruos a tomarse un vinito con vos.
Es importante que sepas que tu amor es único y el mundo lo necesita. La vida desea tu amor. Conócelo, úsalo, compártelo, no dejes que se pudra dentro tuyo, deja que brille tu luz. Esto no es simplemente una frase bonita: cuanto más alineada estés con tu amor y con tu corazón, más auténticas serán tus relaciones y todo lo que se te presente será resultado de ese amor. La historia de amor contigo y con tu vida no tiene principio ni final.
Como ya se ha dicho por ahí, habrá quienes te acompañen en ese viaje durante un par de estaciones, otros desde el principio hasta el fin, pero tú siempre estarás contigo. Ah, y al final de la peli y de la vida real Freddy y Jim volvieron a encontrarse y vivieron una bella y transformadora historia de amor (Aaaaah <3).